Juárez en el ojo del huracán económico
La economía mexicana atraviesa uno de los momentos más cruciales de su historia reciente. Las tensiones globales, las políticas arancelarias de Estados Unidos, la desaceleración industrial y la falta de una estrategia nacional coherente han puesto a prueba la resistencia de millones de familias. Ciudad Juárez, con su vocación maquiladora y su peso en el comercio exterior, se encuentra en la primera línea de esta tormenta económica. La pregunta es obligada: ¿seremos capaces de aprovechar la crisis como oportunidad o quedaremos atrapados en un ciclo interminable de vulnerabilidad?
El vaivén global. En los últimos quince años, el comercio internacional se ha vuelto más incierto y politizado. La globalización, que durante décadas prometió integración y crecimiento, hoy enfrenta un contragolpe nacionalista. Donald Trump, con su estilo confrontativo, introdujo los aranceles como herramienta política. No se trató de defender industrias estratégicas, sino de condicionar a México y otros países a ceder en temas migratorios y de seguridad. El resultado: una espada de Damocles sobre la economía fronteriza.
Con la llegada de Biden, muchos esperaban un giro. Sin embargo, lo que vimos fue una redefinición: los aranceles ya no se justifican por capricho, sino por seguridad nacional y cadenas críticas. El mensaje sigue siendo el mismo: Estados Unidos protegerá sus intereses, incluso si eso golpea a sus socios comerciales.
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En los últimos años, la política comercial de Estados Unidos se transformó en un arma de negociación y presión. Trump inauguró el estilo de la amenaza arancelaria para condicionar acuerdos migratorios y comerciales. Biden lo continuó, ahora con un enfoque hacia sectores estratégicos como autos eléctricos, baterías o paneles solares. México quedó atrapado en medio: ni la escala de China para resistir, ni la autonomía de Canadá para diversificar. El resultado es una vulnerabilidad permanente.
Para Juárez, cada anuncio desde Washington es un terremoto. Las maquiladoras, que trabajan bajo esquemas 'just in time', se paralizan ante cualquier retraso. Los transportistas pierden contratos, las cadenas logísticas se........
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