Los correctos y los corruptos: usted escoge
El senador Alfredo Deluque tuvo la gentileza y amabilidad de postularme en una terna para designar gobernador de La Guajira, gesto que nunca le terminaré de agradecer, sin que para ello tenga que arrodillarme o cambiar mis convicciones; en ese proceso, un exministro que me entrevistó consideró que yo era el idóneo y así lo recomendó al gobierno, pero dos exgobernadores que estaban presos por corrupción consideraron que yo no les daba garantías. Luego, en las elecciones pasadas, aspiré al Senado por iniciativa de un grupo de colegas contadores públicos que me dieron su respaldo para que los representara.
Esa ha sido mi experiencia de participación política, pero suficiente para concluir que la mayoría de quienes llegan a este ámbito lo hacen con el propósito de enriquecerse, porque la ética se volvió un estorbo y la honradez un defecto.
Hay una minoría que insiste en la idea de que la política debe servir para transformar realidades y mejorar la vida de la gente, especialmente de los más vulnerables. Pero esta minoría enfrenta un dilema:........
© El Diario
