Fabio Castaño Molina

Debemos reconocer al iniciar esta columna que Pereira no escapa a ese manto de oscuridad que viene afectando a la mayoría de las capitales del país, como es la violencia desaforada generada en buena parte por fenómenos como la presencia guerrillera y el actuar de los grupos de narcotraficantes, como los que operan en la ciudad a través de la agrupación “La cordillera” y otros con asiento en el norte del valle. La creciente ola de homicidios que experimenta la ciudad en lo corrido del año es la mejor muestra de ello. Reconocer también los esfuerzos de los gobiernos municipal y departamental para hacer frente a esta situación en acción conjunta con nuestras fuerzas militares y policiales, tal y como se vio reflejado recientemente con una gran cumbre de seguridad realizada en la ciudad y que contó incluso con la presencia del ministro de la Defensa. Es bien claro además que esta ola de violencia mina la confianza inversionista en cualquier entorno que se presente. Pero al margen de esta situación que no es de poca monta, quiero insistir en esta oportunidad y a raíz de la celebración de los 162 años de esta “Trasnochadora, Querendona y Morena” Pereira, que afortunadamente son más las luces que las sombras las que se ciernen sobre ella, gracias al empuje de sus habitantes que liderados por sus autoridades en acción conjunta con los gremios, la academia y demás actores........

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