Para la humanidad la cúspide de la inteligencia, a menudo se asocia con la lógica pura, la razón inquebrantable y una visión del mundo desprovista de lo que algunos considerarían “dogmas” o “creencias irracionales”. Sin embargo, en días pasados se desató una controversia en torno a YoungHoon Kim, el joven prodigio surcoreano reconocido por tener el coeficiente intelectual más alto del mundo (276).

Kim, cuya mente brillante procesa información y resolver problemas a velocidades asombrosas, sorprendió al mundo no solo por estas capacidades cognitivas excepcionales, sino también por una declaración que desato una ola de ataques, burlas y rechazos, “su firme creencia en la existencia de Dios”, esta afirmación, lejos de ser vista como una expresión personal, es objeto de escarnio, relegación e incluso descalificación por parte de aquellos que, paradójicamente, se jactan de defender la “libertad de pensamiento” y la “mente abierta”.

Desde una reflexión profunda y una crítica social frente a la verdadera naturaleza de la inteligencia, la fe, es alarmante la intolerancia........

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