Días de chisme
Imagen de archivo de Alberto González Amador, novio de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. EFE/ Rodrigo Jiménez. añade textos y vídeo / Rodrigo Jimenez
El fiscal García Ortiz dedicó casi hora y media en el Supremo a no decir prácticamente nada. Apenas dos cosas de cierto interés: una, que está convencido de que el juez que instruye su caso actúa de forma predeterminada y eso le impide descubrir la verdad. La otra, volver a negar haber filtrado al Gobierno o los medios el famoso correo del abogado del novio de Ayuso, en que este reconoce sus trampas fiscales. Siguiendo la costumbre de negarse a declarar ante el juez instructor–una costumbre convertida en moda-, el fiscal se negó a contestar al juez. Sólo lo hizo a las preguntas de su propia defensa. Y no hubo tampoco preguntas de la teniente fiscal del Supremo: Ángeles Sánchez se limitó a considerar que el origen del procedimiento contra su jefe está viciado, porque se produce como resultado de un registro que calificó de ilegal, el que hizo en su despacho la Guardia Civil el 30 de octubre por orden del Supremo. Es curioso cómo la subordinada del Fiscal General, interviene en él procedimiento intentando evitar que el fiscal sea juzgado. Es singular que esta sea la primera vez que un Fiscal General del Estado comparece como investigado ante un tribunal. Es chocante que........
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