Mamen, el algoritmo y la emoción: la nueva cartografía del poder político
En el siglo XXI, la comunicación no es un accesorio de la política: la organiza y la transforma. Las redes sociales no solo mediatizan el debate; lo crean, lo distorsionan y lo amplifican. Y lo hacen activando el sistema límbico, donde nacen emociones, miedos y decisiones rápidas. Como dice Antonio Damasio, “no somos máquinas pensantes que sienten, sino máquinas sentimentales que piensan de vez en cuando”.
Este giro comunicacional cerró la era de la política racional y abrió una nueva: la de la persuasión emocional en entornos digitales. Hoy, centros como el Shorenstein Center de Harvard dedican cada vez más investigaciones a entender, desde la neurociencia cognitiva, cómo plataformas como TikTok activan zonas específicas del cerebro, moldean percepciones políticas y redefinen el comportamiento electoral.
La clave del nuevo poder no es la........
© El Deber
