Encuestas: ¿Certezas o aproximaciones cambas?
Ya sabemos lo poco creíbles que son la mayoría de las encuestas y por lo tanto la desconfianza se impone. Y no se trata de que las encuestas solo en Bolivia sean fuleras, sino que lo son en casi todas partes. Ya hemos sido testigos de monumentales errores en países bastante más civilizados que el nuestro. Muchas veces son culpables las empresas de sondeo contratadas, porque favorecen con sus números a quienes les pagan. Otras veces se trata de los ciudadanos sondeados que responden cualquier cosa por salir del paso, o quienes, simplemente, mienten; no quieren decir su verdad. Esto último es muy frecuente.
Quienes hemos estado en cierto momento cerca del poder, justamente en épocas preelectorales o de franca batalla electoral, hemos visto cómo se hacen las encuestas y cómo los propios dueños de las compañías encuestadoras engañan a los jefes políticos, mostrándoles cifras falsas, con el propósito de entusiasmarlos y sacarles más dinero. Otras veces, son los propios líderes quienes pagan más, para que las empresas los favorezcan, con el propósito de hacer públicos esos números y atraer a los inminentes votantes, que, ciertamente, se inclinarán por el posible ganador. Un postulante que figura con el 30% tiende a recibir más adherentes que uno que tiene el 3%. En el fondo, nadie (o muy pocos idealistas), entrega su voto por un candidato que a todas luces será........
© El Deber
