Sucre bellísima, Cochabamba hermosa, La Paz descuidada
Las autoridades nacionales, departamentales y locales, además de la empresa privada y de los ciudadanos, lograron unirse para presentar a Sucre, la capital de Bolivia, como un primoroso bordado de muros blancos, tejados anaranjados y jardines multicoloridos con motivo del Bicentenario.
Es un placer caminar estos días por sus calles adornadas de geranios, begoñas, azucenas y mantillas españolas. A pesar del invierno, los espacios verdes lucen cuidados y los transeúntes evitan pintar las paredes, botar basura o arrancar hojas. Al atardecer, las primeras luces artificiales dan un tono azulado a todo el paisaje.
Venciendo la mala fama que dieron al país los cortes de ruta y los barullos de los abogados y seguidores de Evo Morales, llegan al país cientos de visitantes. Sucre es a la vez un puente hacia Uyuni/Potosí, el destino turístico más famoso de Bolivia. Hay hospedaje para todos los bolsillos. El reconocido Parador de Santa María La Real figura como el portaestandarte de ese gran esfuerzo de inversión privada.
En cada gira, el viajero encuentra nuevas ofertas gastronómicas: los locales con la tradicional comida chuquisaqueña, siempre repletos de comensales; los chorizos en el mercado central; los clásicos cafés de los años 80; las pizzerías con toque capitalino; ahora, además, restaurantes fusión inspirados en la experiencia Gustu con ingredientes........
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