Nos robaron hasta la palabra
El paso del Movimiento al Socialismo (MAS) y sus ramificaciones por la historia de la bicentenaria Bolivia es un tsunami, cuyos daños solamente serán examinados con equilibrio y en su profunda dimensión con el paso del tiempo. Un tsunami que se vistió de ropaje florido hasta desembocar en las cloacas más inmundas a la vista y paciencia de los bolivianos y con el aplauso de decenas de adláteres en diferentes lugares del planeta, irradiados desde los cafecitos de Buenos Aires.
Sus secuelas continuarán hasta que el último de estos impostores termine ahorcado con el vómito del último de estos ebrios, a la manera como Voltaire describió la degradación de la época que le tocó retratar.
Son más de tres décadas de hilos enredados para metamorfosear un movimiento social ligado desde su nacimiento a la actividad delincuencial del narcotráfico con la revolución de los pobres. La coca utilizada para producir polvos blancos es presentada como sagrada; el consumo tradicional del acullico es publicitado como beneficioso para combatir pandemias; las ganancias del circuito coca cocaína se confunden con las cuotas de las federaciones para financiar las manifestaciones.
Los periodistas fuimos........
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