La larga sombra del (No) Estado chuto
Los escaladores de mi familia relatan la imagen más intensa cuando coronan la cima del Huayna Potosí: a un lado el precipicio es profundo; al otro lado, el precipicio es profundo. El sendero solo permite dar un paso tras el otro, con sumo cuidado para no resbalar. Un tropezón arrastra a todos los montañistas, que suben atados a una cuerda. El guía mantiene la calma. Da los últimos consejos después del entrenamiento de días y del esfuerzo para vencer al frío y al mal de altura. Arriba espera la luz.
Madrugar a las dos de la mañana, caminar sin descanso, controlar la sed, respirar sin desperdiciar energía son cualidades que se ven recompensadas cuando al arribar se contempla el hermoso espectáculo de la patria. A lo lejos se dibujan las siluetas de los otros nevados. Se divisa la selva que nace en el piemonte yungueño y los ríos que se forman desde los deshielos hasta acariciar la floresta. Abajo parpadean las luces citadinas. Arriba se despiden las estrellas. Asoma tenue la aurora de rosados brazos.
Bolivia está en estas semanas postelectorales en un escenario similar. A cada lado amenaza el precipicio. Al centro, existe la posibilidad de un camino difícil pero posible, esforzado pero lleno de........
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