Café con pan, queso y palta
El pantano provocado por el (No) Estado Plurinacional no consigue engullir a los bolivianos porque existe una resistencia silenciosa. Es un tejido social aún resiliente que cubre todo el territorio nacional, pero que en La Paz adquiere una particularidad grandeza porque el combate es aún más intenso, a veces dramático.
Bloqueos cotidianos y permanentes, dinamitazos trimestrales, impuestos concentrados en unos pocos, controles sanitarios discrecionales, falta de divisas, falta de carburantes y de gas licuado, aumento diario de los insumos son las vallas para vencer.
Sin embargo, cuando la gente despierta, el dinosaurio todavía está ahí. Un dinosaurio más simpático del imaginado por Augusto Monterroso porque representa a esas personas que están dispuestas a superar los obstáculos.
Son esos pequeños, medianos y grandes empresarios que hacen malabarismos para conseguir harina, sal, manteca, combustible; que trabajan de noche para que al amanecer la tiendita de barrio tenga la canasta lista con marraqueta fresca, sarnita o chamillo. Los paceños gozaron siempre de panecillos fantásticos; quizá porque la altura influye en la cocción. El pan de Laja es legendario. Un griego nacido en la........
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