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Desmontando mitos de la política en Bolivia: Parte I. El Origen y la manipulación de simbólica (Parte I)

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27.07.2025

José Luis Laguna

"Hacer filosofía a martillazos", propuso Nietzsche, por la urgente necesidad de derribar a los ídolos de barro que se veneraban en el pensamiento moderno. Esa necesidad se vuelve apremiante cuando el pragmatismo superficial ha camuflado de liturgias jacobinas y simulacros formales el quehacer errático de la política, para desenmascarar y desbaratar estas narrativas despóticas y arbitrarias.

Primero. Las corrientes de pensamiento oficial han instrumentalizado y resignificado las nociones de origen, siendo estas utilizadas como artefactos para imponer retóricas hegemónicas y legitimar creencias rebatibles en el imaginario social. El intento más reciente y burdo fue convertir lo indígena en sinónimo de ética y armonía ambiental, reduciendo la preexistencia de estos pueblos a un esencialismo naturalista que omite la persistencia cualitativa en la histórica constitutiva de la sociedad boliviana, a pesar de las graves tensiones irresueltas y contradictorias que la propia política en general no ha podido resolver hasta hoy.

El relato oficial de los últimos 40 años fraguó una acepción del ser indígena dotada de una legitimidad inmanente a su condición de aborigen, portador innato de una moral colectiva y comunitaria inmaculada, que es falaz porque, como todos, los indígenas han sido parte de la sociedad, pese a las desventajas estructurales con las que estos han tenido que lidiar para ser ciudadanos plenos. Esta ficción antropológica debilitó aún más la ya endeble constitución social y política de la nación boliviana, porque profundizó las diferencias y rencores históricos. Lo indígena fue un instrumento de transacción política que dio lugar a........

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