Dólares y elecciones: silencio regulatorio. ¿Qué hacemos y qué podemos esperar?
Fernando Landa Alejandro
En Bolivia, el dólar oficial se ha convertido en una ficción: existe únicamente en el tablero del Banco Central, perdiendo protagonismo ahora ante el USDT, el criptoactivo que —lejos de representar una alternativa tecnológica— se ha consolidado como el indicador del tipo de cambio real, el dólar de facto. En las calles, en las ferias, en las remesas, en la importación informal, incluso en la banca a través de ingeniosos artificios y hasta derivados financieros, de forma no reconocida pero funcional, el dólar vale hoy Bs. 18 y continua en vertiginoso ascenso, duplicando su valor respecto a mayo de 2023, cuando se lo conseguía en Bs. 9.
La narrativa oficial insiste en una estabilidad cambiaria anclada en un tipo de cambio de Bs. 6.96 por dólar estadounidense. Pero esa estabilidad es, en la práctica, un espejismo. El tipo de cambio real ha erosionado el poder adquisitivo de los bolivianos, licuado sus ahorros y encarecido todos los bienes con componente importado. Un salario mínimo nacional que en 2023 era de Bs. 2.362 equivalía a casi 339 dólares al tipo oficial, hoy, pese al incremento de 10% que fija el mínimo en Bs. 2.750 equivale a apenas 153 dólares al tipo de cambio real —pese al incremento nominal decretado este año. Es decir, el salario mínimo ha perdido casi 55% de su valor real en dólares.
Igual o más preocupante que el deterioro del tipo de cambio es el vacío institucional que lo rodea. No hay una explicación técnica oficial sobre el estado real de las reservas internacionales netas, ni sobre mecanismos extraordinarios de acceso al dólar (cuotas, mesas de dinero estatales, importaciones con tipo preferencial, etc.). Mientras tanto las empresas privadas se enfrentan a un darwinismo financiero preguntándose si la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio de facto puede registrarse como un deducible para mitigar el impacto fiscal de lo que ya significa una abrumadora perdida. El mercado opera a ciegas, sin referencias claras, sin transparencia, sin reglas del........
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