Una relación congelada con la mayor potencia
Bolivia mantiene una relación fría, distante y carente de estrategia con Estados Unidos, el país más poderoso del mundo y, pese a todo, uno de los principales actores económicos y diplomáticos del planeta. Esta desvinculación no es casual ni coyuntural: es el resultado de decisiones políticas acumuladas durante casi dos décadas, que han colocado a Bolivia en una posición de irrelevancia en la agenda de Washington y, peor aún, sin capacidad para aprovechar oportunidades ni defender intereses concretos.
Uno de los hitos que marcó el deterioro fue la expulsión del embajador estadounidense Philip Goldberg en 2008, durante el gobierno de Evo Morales, bajo acusaciones de injerencia. Desde entonces, ambos países no mantienen relaciones diplomáticas a nivel de embajadores. En 2013, Bolivia también expulsó a la agencia Usaid, cerrando uno de los canales tradicionales de cooperación, especialmente en desarrollo rural. Y ya........
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