Una seguidilla de malas noticias ha venido impactando al sector agropecuario boliviano, especialmente en el Departamento de Santa Cruz, responsable de más del 75% del total de alimentos producidos en el país. La falta de diésel, la sequía, el ataque de las plagas a los cultivos, la escasez de dólares, la subida de los costos de producción asociados a la importación de insumos, las graves pérdidas por bloqueos, los avasallamientos a predios productivos, las restricciones a la exportación, el contrabando de entrada y salida, entre otros, configuran un desalentador entorno para la actividad agropecuaria.

Pero, pese a tantas vicisitudes, la admirable estirpe productora del agro no se rinde e insiste en jugárselas por el país, al seguir arriesgando, invirtiendo y produciendo para que no falte el alimento en las mesas de los bolivianos, además de generar excedentes para exportar al........

© El Deber