Por 1.000.000 de razones
No es casualidad que, en medio de una crisis política, de seguridad y laboral, tengamos que decidir entre quien ha demostrado con hechos y quienes solo ofrecen titulares (o buenos pasos de baile). Entre quien, en su momento, apostó por más democracia, más seguridad y fue ministra cuando se crearon un millón de empleos reales —según cifras oficiales del INE—; y quien, desde el otro flanco, se cuela con promesas de mano dura, pero incluso llegó a desechar algo tan básico como la Ley Cholito, esa que protege a los animales y simboliza un mínimo de civilidad y respeto.
Porque sí, en política las señales importan. No es lo mismo hablar de seguridad desde un eslogan que desde una gestión concreta. No es lo mismo........
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