El MAS que no vemos
El MAS no ha desaparecido. Lo que se ha desvanecido son las figuras que lo monopolizaron, los dirigentes que convirtieron una sigla en su patrimonio personal y en el vehículo de su ambición política. El MAS, en su esencia, sigue allí, porque nunca fue simplemente un partido: fue la expresión de tensiones sociales profundas, de carencias históricas y de realidades que permanecen intactas.
Durante años, el MAS encarnó a los sectores más olvidados: campesinos, indígenas, trabajadores informales, ciudadanos sin Estado. Se presentó como la voz de quienes nunca habían tenido espacio en la política. Pero aquello que se vendió como una gesta de inclusión terminó siendo un ardid para instalar un poder corporativo. La promesa de justicia se transformó en prebenda sindical, en dictadura gremial, en........
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