¿Orgullo 3H?
Personas participan en una de las marchas por el Día Internacional del Orgullo LGTBI. / EFE
Los “casados”, término despectivo en la jerga del colectivo LGTBQ, son los hombres gais casados con mujeres. “Casados”, hombres sin escrúpulos, falsos y mentirosos, que no tienen reparo en mantener relaciones extramatrimoniales con otros hombres, que llevan una doble vida oculta, exponiendo a sus esposas a ITS; “casados”, cobardes que han utilizado el matrimonio para esconder su homosexualidad mientras a los otros gais los encarcelaba la policía o eran insultados por la calle; “casados”, carne de descabezados en las apps y adictos al cruising, que se permiten hacer comentarios homófobos en público para alardear de machotes mientras que despliegan la mayor pluma al darse la vuelta sus colegas; “casados”, a los que nadie conoce de verdad. Todo este perfil conforma el imaginario colectivo sobre estos hombres a los que ignora el orbe heteropatrialcal y a los que otros gais repudian y niegan el derecho a ser parte del colectivo.
Pero sí, los “casados” también pertenecemos al colectivo. Y mucho. Y muchos. Somos, de hecho, la mayoría del colectivo: la mayoría de los hombres gais de hoy están, o han estado, no solo en el armario, sino casados con mujeres. Y esa es una realidad poco discutible. Una realidad especialmente numerosa entre los nacidos durante la dictadura y la transición. Y es una realidad negada, invisibilizada y tabú, de la que no se quiere hablar. No se ven, no se nombran, no se estudian, no se les ayuda, no se les reconoce, pero haberlos, haylos. Y celebran, celebramos también, el Orgullo, el Orgullo 3H.
Los Hombres 3H nacimos en 2016 en Sevilla el Día del Padre, efeméride ad hoc, pues no lo hemos dicho, pero estos hombres además de casados son padres, padres “heteros”, claro, un dato que no es para nada baladí. De ahí las tres haches: Hombres Homosexuales con Hijos de una relación........© El Correo de Andalucía
