La cubanización de Venezuela
Ha pasado un año desde que Nicolás Maduro le dio la estocada final a la democracia venezolana al robarse la elección de julio 2024, en una de las maniobras más burdas jamás vistas en la historia latinoamericana. Un año después, no tenemos razones para ser optimistas.
En marzo EEUU anunció aranceles secundarios a países que compren petróleo venezolano y revocó la licencia de Chevron para operar en Venezuela. Predeciblemente, las sanciones no están funcionando como se esperaba porque no hay coherencia, ni constancia, ni seguimiento en la política de EEUU hacia Venezuela, pues no es una prioridad del Presidente Trump. A junio, las exportaciones de petróleo venezolano siguen estables a pesar de las sanciones.
Esto es en gran parte porque la China siempre va a estar dispuesta a comprar petróleo barato aunque sea “ilícito”, y nunca quedó claro cómo se van a aplicar y fiscalizar esas sanciones en relación a los aranceles que ya están aplicando a los chinos, que además fluctúan cada semana. En lugar de ahogar a sus mercados petroleros, han causado que el régimen reemplace a sus clientes estadounidenses e indios con más clientes chinos.
El Departamento de Estado de EEUU da señales de desaprobación al régimen, pero no da muestras de un objetivo final coherente, y sus operarios le dan prioridad a lo que creen que va a complacer a Trump en el momento. Mientras un sector promueve el aislamiento, otros negocian en secreto acuerdos migratorios y liberaciones humanitarias, que........
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