Mienta, mienta, que ya nada queda
En unas horas, la presienta tendrá que hacer algo que no ha querido por más de 250 días: hablar. Sin embargo, esta vez lo hará desde la comodidad del papel, preparado con anticipación, no habrán repreguntas y ella podrá, a sus anchas, usar la retórica que mejor se acomoda a la fecha y a lo que se rehúsa en aceptar: que es la presidenta con mayor desaprobación en la historia en las últimas cuatro décadas, la última encuesta de CPI lo confirma con un 97% y probablemente siga en picada.
El año pasado fueron cinco horas y ochenta páginas de cifras maquilladas, promesas recicladas apelando a un elemento del que también........
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