¿(Des) conexión con los estudiantes?
En una época donde el conocimiento viaja por redes digitales, reducir las condiciones de acceso a este es, en esencia, cerrar la puerta del futuro.
Lo es, sobre todo, para quienes estudiamos, investigamos, entregamos tareas, compartimos materiales académicos o intentamos entender, desde nuestra formación, las complejidades del país y del mundo.
Como estudiante universitario que investiga, produce y consume contenidos constantemente, la mayor parte de los documentos que recibo llegan por WhatsApp, que se ha convertido —más que en una red social— en un aula paralela.
Allí intercambiamos con profesores, enviamos tareas, compartimos bibliografías, que es la única vía en la que actualmente adquirimos libros de nuestras disciplinas.
A la par, consulto con frecuencia artículos de revistas científicas, plataformas como SciELO o Redalyc, y materiales que responden a estándares internacionales en cuanto a citas, enfoques, metodologías. Eso exige datos. Exige conexión. Exige acceso estable y relativamente asequible a........
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