Mujeres de intensa virtud
Cuando la belleza de la mujer india, desnuda o semidesnuda, irrumpió en el ojo del conquistador recién llegado a estas tierras, un terremoto pareció sacudir los apetitos de quienes, contra su propia voluntad y en medio del saqueo y el crimen, terminaron siendo parte imprescindible del mestizaje que habría de glorificar el paisaje humano de estas tierras dolorosas y esperanzadas.
Así lo vio Carpentier en su novela El arpa y la sombra. Así lo reconocieron los jerifaltes españoles al descubrir que las conspiradoras mambisas de Bayamo llevaban en su rostro y su cuerpo el sello de la belleza más impresionante que jamás hubieran visto.
Ha sido hermosa la mujer de estas tierras desde tiempos........
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