Menos el amor
La vejez me asusta. Me asusta porque habla de los abuelos y de aprender a perder. Un día ya no pueden correr, ni inclinarse, ni recordar. Solo logran conformarse una y otra vez. Mi abuelo lo supo cuando dejó atrás la pizarra, los números, las camisas, y (casi) lo mismo con el cigarro porque su corazón funcionaba lento.
Aún me entristece su partida. Me asusta, sobre todo, la posibilidad de olvidar su voz. La vejez no me convence porque aunque hable de los abuelos también cuenta........
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