Marat-Sade
En la cola para entrar al teatro de San Nicolás siempre ha habido una emoción, un contento, una sensación de que ahí, adentro, algo sorprenderá. Se debe a la historia que arranca en el año 1987 cuando la sede del Taller Municipal de Teatro se traslada a este espacio. Este teatro ha dejado el poso de lo genuino, del teatro menos convencional, del teatro que arriesga. Y arriesgado era montar la Obra de Peter Weiss: Marat Sade.
Una panda de personajes estrafalarios arrebata la atención del público que espera en la plaza a que pase “ese algo”, y con ruido de cacharros y voces los introduce en el pequeño y entrañable espacio románico que sirve a la perfección para que el grupo teatral de la casa de salud de Charenton les ofrezca el espectáculo: ‘Persecución y asesinato de Jean Paul Marat bajo la dirección del Señor de Sade'. Estamos en la época de la revolución francesa.
La obra de Peter Weiss se publicó en el año 1963 y se estrenó en Berlín poco tiempo después. Algo más tarde Peter Brook la representaba en Londres en una versión memorable. En España conocimos la versión de Alfonso Sastre. Y recientemente pudo verse en el teatro el Matadero de Madrid. En aquellos años sesenta dos bloques se enfrentaban por conseguir la jefatura del mundo: la guerra fría. Así es que la obra funcionaba como un revulsivo que hacía preguntarse si tanta sangre derramada, tantas cabezas decapitadas merecían aquella muerte para derrotar al antiguo régimen y establecer unas bases más dignas para los desfavorecidos y los pobres.
Con un texto y una estructura de gran inteligencia teatral Peter Weiss pone en dialéctica a dos personajes diametralmente opuestos de aquellos feroces año: Marat el político, escritor y activista que cree profundamente en esa revolución y en lo colectivo, debido a una enfermedad de la piel apacigua sus dolorosos horrorosos metido en una bañera, desde donde escribe, recibe, prácticamente vive. En el pensamiento opuesto está el Sr de Sade. Descreído, nihilista, después de pasar años y años, debido a sus excesos, por algunas de las prisiones como la de la........
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