Un jardín almohade y un jardín barroco
Estamos yo escribiendo y algunos de ustedes leyendo sobre jardines segovianos, y hasta señalando unas características propias y diferenciadoras en los que las tienen, y ahora me vengo con este título. ¿Qué jardines pueden ser? Pues les diré que no hay ningún jardín barroco ni ningún jardín almohade sino un bajorrelieve brillante de pan de oro y un jardín, no muy grande pero sí muy bello, que recrea lo que pudo ser una fantasía andalusí.
Fachada sur del Alcázar después de la restauración.El bajorrelieve se encuentra en una tabla del altar dieciochesco del convento de Madres Dominicas, para el que el tallista tuvo a bien dibujar un jardín barroco, con sus elementos dispuestos en torno a los dos lados de un eje de simetría. Es precioso, con su fuente monumental de tres pisos, cuatro parterres rectangulares dibujados con matas de pequeño porte y dos alineaciones de árboles -cipreses o chopos de semejante dibujo- sobresaliendo de unos setos recortados. Y todo ello, como es preceptivo en un jardín barroco, convergiendo hacia un cenador o ermita que se alza en el fondo, cerrando la perspectiva. Hasta las nubes y los maceteros del interior de los parterres guardan simetría en esta pieza única en los retablos segovianos que, aparte de los pámpanos y racimos de uvas de las columnas salomónicas típicas del bautizado como estilo churrigueresco, gustan poco de adornos vegetales.
El jardín almohade que no es almohade está en el Alcázar. La terraza sobre la que avanza el espigón de la fachada sur de la gran fortaleza estuvo ocupada por un gimnasio construido para uso de los alumnos del Real Colegio de Artillería.
Cedro de la fachada sur del Alcázar. / Tarjeta postalEl incendio que devastó tan incomparable palacio el año 1862 causó estragos........
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