Claustro de Santa María la Real de Nieva (I)
Finalizando el siglo XIV, por los pizarrales de Nieva se halló una imagen de María a la que llamaron, por haberla encontrado enterrada, Soterraña. Se le apareció a un pastor, de nombre Pedro Amador, intervinieron el obispo de Segovia y la reina de Castilla, y se fundaron una villa, Santa María la Real de Nieva, y un convento que se entregó a los frailes de la orden de Santo Domingo, los dominicos. Los religiosos de este convento, como tantos en España, tuvieron que dejarlo tras promulgarse las leyes desamortizadoras que aprobó el gobierno liberal de Juan Mendizábal y el edificio sufrió daños derivados del abandono que siguió. Pero se mantuvo en pie y las imágenes que nos ofrece el claustro, una de sus joyas, todavía resultan un conjunto escultórico fascinante. Iremos viendo algunas.
Buen número de capiteles del claustro del convento dominicano de Santa María la Real de Nieva están dedicados a representar las tres clases sociales de la época: Nobleza y Clero (los privilegiados, que no pagaban impuestos) y Pueblo o Estado Llano, que sí los pagaba manteniendo así el reino. Los nobles podían ser duques, marqueses, condes, castellanos y caballeros. Los más poderosos vivían en casas fortificadas, los castillos, defendidos por fosos, torres y muros almenados. Esta es una representación de uno de ellos, muy próxima a la que aún se mantiene en el imaginario colectivo.
El caballero tenía que costearse y mantener un equipo de guerra, del que eran parte armas de ataque y defensa y, esto inexcusable, un caballo. De ahí le venía el nombre de caballero. Su oficio era guerrear al servicio de los señores, como nos recuerdan los........
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