Mis dos regalos de Navidad
He sido muy feliz en las Navidades, sobre todo de niño, en un ambiente sencillo, sin lujos ni excesos.
La vacaciones comenzaban el día en que un guardia municipal y un empleado del Ayuntamiento iban a la escuela del pueblo con varios sacos de castañas, que luego repartían con la medida de una lata de vacía de sardinas en nuestros talegos. Esa misma tarde, yo subía al monte a por musgo, corteza y ramas con las que adornar el Nacimiento en casa, y rescataba del desván el portal de corcho y las figuras del año anterior. La tarde de la Nochebuena, con la ilusión de llenar el mismo talego de dulces y algunas monedas, salía en grupo a pedir el aguinaldo por el pueblo: Deme el aguinaldo / démelo, por Dios, / que venimos cuatro / y entraremos dos.
Belén del Torreón.En Nochevieja, acudíamos en familia a la plaza unos minutos antes de que sonaran las doce campanadas en el reloj del Ayuntamiento, y a su compás comíamos las uvas. Nos felicitábamos el año nuevo con los presentes, entre ellos antiguos vecinos que sólo vuelven al pueblo en Navidad o cuando bajamos al Caloco; de nuevo en el pequeño comedor de casa, con la compañía mágica de la radio, cantábamos, reíamos y hasta bailábamos la conga en el poco espacio que quedaba entre las sillas, la mesa, el aparador y la........
© El Adelantado
visit website