Nuevos propósitos
En septiembre, junto a una cierta pereza por empezar de nuevo la rutina del trabajo o de las clases, se despierta en nosotros un deseo de empezar de nuevo. Tras el descanso veraniego se renueva en nosotros una fuerza especial para iniciar nuevos desafíos. Unos se apuntan al gimnasio, otros empiezan el aprendizaje de un idioma, o inician una colección. Los anuncios de televisión o radio de este mes son un síntoma de este deseo de cambiar, de empezar, de que este curso suceda algo verdaderamente nuevo. Pero también nos preguntamos, ¿cuánto durará este impulso?
Para los cristianos, también este mes tiene un tono parecido en lo referente a la fe. Iniciamos el curso y discernimos qué iniciativas, que modos de vida harán crecer nuestra relación con Jesucristo. Unos porque durante el verano la fe ha “hibernado” y tenemos necesidad de despertarla, otros porque en alguna experiencia veraniega de peregrinación, campamento o encuentro eclesial se ha renovado y queremos vivir con esa alegría todo el curso.
En una........
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