Villacastín se transforma en las fiestas patronales
A la imponente mole de la iglesia de San Sebastián, en Villacastín, le ha salido un rictus de sonrisa, y de unos días a esta parte parece menos severa. Hay quien dice que es porque se acercan las fiestas patronales, y hasta a La Catedral de la Sierra se le ablanda el granito con la ilusión que transmiten los mozos y mozas del pueblo.
En Villacastín, las fiestas patronales no se cuentan por días, se miden por intensidad. Aquí no hay medias tintas, el programa es tan largo como las madrugadas, y las fuerzas se administran como se administra el vino bueno, con la esperanza de que dure, pero sabiendo que, al final, no sobrará ni una gota.
El martes 19 arranca con un gesto serio, en el salón de actos del Ayuntamiento se sortea el orden de participación de los concursos de carrozas, autos locos y disfraces. El protocolo festivo exige orden antes del encuentro. A las ocho de la tarde, los disfraces infantiles abren el primer frente: superhéroes, princesas y algún ninja despistado desfilan ante padres con móvil en mano y abuelos que aplauden con esa sonrisa que mezcla ternura y orgullo de pueblo.
El miércoles 20, a las siete de la tarde, autoridades y vecinos acuden a la ofrenda floral al patrón, San Sebastián Mártir. Poco después, el tradicional desfile de peñas, cabezudos y carrozas toma las calles. No es un desfile cualquiera: aquí, cada peña es un pequeño ejército armado de cachondeo y buen rollo, con su estandarte, su charanga y su forma particular de entender la fiesta. El pregón corre a cargo de Carlos Barragán Bermejo, presidente de festejos taurinos en Aragón y Castilla y León. Presentan también a los doce representantes de las fiestas, jóvenes que cargan con la banda y la responsabilidad de representar al pueblo en estos días de gloria.
La Charanga El Vicio pone música a la tarde, y a medianoche la orquesta La Fórmula hace lo propio con la noche. Entre medias, la peña El Yakoti organiza el “Juego Explótame”, y a las 4:30 la discomóvil Sparrow con Nico Martínez demuestra que en Villacastín la noche solo termina cuando la luz del día obliga.
El jueves empieza antes de que amanezca: chocolate con bizcochos en el bar del campo de fútbol, cortesía de las peñas Los Verdes y El Yakoti. A las ocho, el encierro diurno recuerda que aquí la fiesta también se mide en bravura, con posterior suelta en la plaza de toros. Al mediodía, misa y procesión en honor a San Sebastián Mártir, con el coro parroquial acompañando los pasos.
La charanga Gurugú anima el vermú, mientras que la peña El Tomillo convoca su concurso de tortillas, un duelo........
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