Un rico patrimonio que merece la pena conocer
Vegas de Matute guarda entre sus piedras y veredas más historia de la que aparenta a simple vista. El visitante apresurado, que pasa de largo buscando rutas más famosas, ignora que aquí aún quedan huellas de un tiempo en el que las piedras hablaban y los hombres sabían que la eternidad se construía con cal, sudor y plegarias.
Uno de los tesoros más notables del lugar es la iglesia de Santo Tomás de Canterbury. Levantada en el siglo XVI siguiendo las reglas del gótico tardío, la iglesia se yergue sobria y poderosa, con esas líneas que parecen querer sujetar el cielo antes de que se venga abajo sobre el pueblo. En su capilla, tallados en la piedra, reposan los escudos de Segovia y Tovar, como advertencia de que aquí también se jugaba a las jerarquías y al poder. Fue declarada Bien de Interés Cultural, aunque en realidad ya lo era mucho antes de que algún funcionario lo rubricara en un papel. Porque las piedras viejas no necesitan decretos para ser eternas.
Junto a la iglesia se levanta el palacio de los Segovia, contemporáneo del templo.........
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