Conversaciones con…Alejandra Vallejo-Nágera, psicóloga aplicada al mundo de la comunicación
“Zóbel, artista, coleccionista,
y enorme erudito, ejerce de catalizador del grupo de arte abstracto español”
Hablamos hoy con Alejandra Vallejo-Nágera, especialista en el campo de la psicología aplicada al mundo de la comunicación, escritora con una amplia y exitosa bibliografía.
En el ámbito de la exposición “Tendencias artísticas en España 1950-2000-Homenaje a la Casa del Siglo XV” que la Fundación Arte, Cultura y Patrimonio ha organizado en el Torreón de Lozoya de Segovia, Alejandra participa, generosamente, en la mesa redonda sobre la figura de su tío el artista Fernando Zóbel, para conmemorar su centenario.
—Esta mesa redonda se ha organizado para homenajear a Fernando Zóbel, una figura de enorme peso en su familia, ¿cuáles son sus recuerdos de él y cuál ha sido su influencia en usted?
—Fernando Zóbel, artista, coleccionista, y enorme erudito ha sido mi segundo padre, yo sentí su muerte tanto como la de mi padre. Me recuerdo desde muy pequeña yendo con él a museos galerías y exposiciones, verle dibujar en sus cuadernos, quedarse sentado mirando todas las piezas. Aprendí de él a observar el arte con detenimiento, dedicándole tiempo, aprendiendo en definitiva a mirar, a detenerme, a no tener prisa, a conseguir que lo que estoy viendo, aunque en principio pueda no gustarme, por el hecho de observarlo se vuelva cada vez más interesante. No solo respecto a la pintura o a cualquier pieza de arte, también era un gran amante de la música de todos los estilos, tocaba la flauta travesera, amaba desde la música antigua hasta el jazz más vanguardista. Eso es lo que más recuerdo de él y por lo que me siento muy agradecida.
—Su faceta como coleccionista le llevó a fundar el Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca, definido por el director del MoMA de NY como “el pequeño museo más bonito del mundo”, ¿qué nos puede contar de esa etapa y qué opina del coleccionismo privado en España?
—No puedo opinar como coleccionista porque no lo soy, pero puedo entender el afán psicológico que hay detrás. El ser humano tiene un instinto de recolectar y acumular bienes para el futuro. Tras esa idea inicial instintiva, surge el criterio, que depende de las personas, qué me interesa y para qué colecciono: hay gente que colecciona simplemente por el mero hecho de acumular; hay gente que se especializa y entonces ya va buscando esos tesoros que exigen de la persona que viaje, que observe, que busque; hay quien lo hace como negocio; y hay quien, como en el caso de mi tío Fernando, lo hace simplemente por amor al arte.
Hablamos de alguien que fue profesor de caligrafía china y que estudió filosofía en Harvard, allí vio una exposición de Mark Rothko y quedó asombrado por esa forma nueva de pintar. Luego llega a España, porque mi familia es filipina, pero de origen español, y tenían muy instalada en su ADN la impronta española, creían que la cultura viene de España y que era el país de Europa al que había que ir, Fernando tenía pasaporte español. Desgraciadamente la cultura que llevamos los españoles mientras fue provincia española desapareció casi totalmente al entrar los americanos, tan solo la Semana Santa se celebra aun como en Sevilla. Cuando llega aquí, ya practicando la pintura abstracta que había conocido en EEUU constata, asombrado, que los pintores españoles no se conocían, no había grupo, eran unos proscritos o trabajaban individualmente y salvo en el caso de Palazuelo, tenían que compaginar otros trabajos para sobrevivir. Zóbel empieza a comprar lo que le gusta y le parece interesante, su primer cuadro fue uno de Luis Feito, y a partir de ahí, dado que no había ninguna galería que apostara por el arte abstracto español, él ejerce de catalizador de todos ellos, les ayuda comprando sus cuadros, y organiza en su casa tertulias donde los pintores se conocen, así es como empezó........
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