La alargada sombra de la atmósfera taurina de Riaza
Una tarde y una feria más, la atmósfera de la Plaza de Toros de Riaza, que se mueve entre la exigencia del público y la línea torista en la elección de los hierros ganadores, ensombreció la puesta en escena de tres diestros del abanico de las corridas duras. En esta ocasión, fue a través de un ‘desafío ganadero’ con tres ejemplares de Conde de la Corte, voluminosos de pitones y de escaso contenido, y otros tres de Raso de Portillo, más a modo y con ciertas opciones, que terminó con poca rivalidad y, a falta del nulo rédito estadístico, dejó tres vistosas suertes de varas -las tres primeras-. El torero mejor parado fue Damián Castaño, que regresó al coso riazano pese a resultar cogido hace una semana con una destacada faena en la que dejó tres tandas de mucho mérito, después simplificar su primer trasteo. Juan de Castilla no pasó de voluntarioso, en cierta medida por arrastrar dolencias todavía de la cornada que sufrió a principios de septiembre. Por su parte, Gómez del Pilar vivió una tarde de clima hostil, con un sector del público; y es que la historia viene de su anterior paseíllo en la villa -en 2022- cuando su actuación provocó el cabreo de varias peñas. Una venganza estudiada.
La lluvia tomó parte cinco minutos antes de la........
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