Vallas, insultos y candidatos sin vergüenza: ¿así vamos a elegir?
Colombia está entrando en una etapa de degradación política que ya no se disfraza: se exhibe con orgullo. Las vallas de Abelardo De la Espriella y Daniel Quintero no son simples piezas publicitarias.
Son síntomas de una democracia que ha perdido el pudor, donde el insulto reemplazó al argumento y la burla se convirtió en estrategia electoral.
De la Espriella se presenta como un “tigre que ruge y muerde”, en una campaña que parece más salida de un videoclip que de una propuesta seria de gobierno.
Su discurso es una mezcla de provocación, épica artificial y marketing de supuesta........
© Diario Occidente
