Salvar el Santa Librada es salvar lo que somos
Por: Johan Steed Ortiz Fernández
Una historia que no dejamos caer. Una lucha que hoy empieza a rendir frutos. Porque la educación sí tiene quien la defienda.
Salvar el Santa Librada no ha sido solo un acto de gestión institucional o un esfuerzo administrativo: ha sido, ante todo, una batalla por la memoria, por el derecho a la educación con dignidad, y por la defensa de un patrimonio que ha sido testigo de la historia de Neiva desde 1837.
Este emblemático plantel forma parte de los célebres colegios santanderinos, una red de instituciones educativas concebidas por Francisco de Paula Santander, y decretadas posteriormente por el presidente Márquez, con el espíritu de impulsar la educación pública en la joven república.
En Colombia existen diez colegios históricamente reconocidos como “santanderinos”, todos unidos por una misión común de servicio público y formación ciudadana. Estas instituciones, más que simples centros educativos, son piezas clave de una herencia pedagógica liberal del siglo XIX, pensadas para formar ciudadanos en una nación que aún daba sus primeros pasos tras la independencia.
Sin embargo, en Neiva, esa historia noble estuvo a punto de derrumbarse literalmente el día en que se desplomó el techo del bloque B, hiriendo a cuatro estudiantes. Esa tragedia fue el último grito de auxilio de un colegio que llevaba años deteriorándose en silencio, sin que nadie desde el poder reaccionara con responsabilidad.
Ese día decidimos alzar la........
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