La histórica casa “traída” desde San Martín a La Puerta, 1915 / Por Oswaldo Manrique
Algo anecdótico hay en esto, fue rumoroso durante el tiempo de oscuridad, entre nuestros mayores, este hecho del que se cumplen 110 años de haber ocurrido. En sus relatos de infancia la escritora Ligia Burelli, rememora que una vez, su madre le contó que la casa fue «traída» desde los predios de “San Martín”, cerca del Portachuelo de la Lagunita, finca de Petra Cantalicia García, hasta el frente de la plaza Bolívar de La Puerta, por motivos de persecución política. Se pudiera entender que el inmueble, fue transferido, acarreado, trasladado, mudado y transportado de un lugar a otro, indudablemente una mezcla interesante de historia y novedad.
Cuando se prendió en la Sierra de La Culata, la “Guerra de los 15 días” contra el dictador Gómez, y se muele a tiros el “sitio de Timotes” imperecedera para las familias parameñas, liderada por Américo Burelli García, Sandalio Ruz, Mitrídates Volcanes, Cesáreo Parra, Juan Torres, Fidel Rivas “el Mocho”, y otros vecinos, en contra de la dictadura gomecista, era 1914.
Juntos, los hermanos (Burelli, M, 19), este Felipe, es el coronel Felipe Uzcátegui, a quien llamaban “Traga balas”, dirigente importante del liberalismo trujillano, comandó tropa en la defensa y evitando la referida toma de Timotes; pronto pasó a ser Jefe Civil de La Puerta, como militar de confianza del Gomecismo; era una guerra, con connotación nacional.
El alto gobierno, ante este “Reventón” de violencia andina, organizó y reforzó las comisiones de persecución y captura de los alzados, integrándolas con funcionarios de la “Sagrada” o simplemente «Chácharos», la aterradora policía gomecista, que perseguía, torturaba y controlaba a los opositores de las políticas entreguistas del «Benemérito de la Patria». Fueron años terribles para las poblaciones de La Puerta, Mendoza, Monte Carmelo, Palmira, la Mesa del Palmar. El gobernador era el general Timoleón Omaña.
La persecución de Estado contra el coronel Américo, fue exacerbada, bastante parecida al tiempo de la lucha armada de los años 60, en los casos de los comandantes Fabricio Ojeda y Argimiro Gabaldón, colocaron como si fuera el principal enemigo público, protagonista de una de las películas del oeste norteamericano, carteles pegados en pulperías, paredes, muros y hasta en los troncos de los árboles, , (Burelli, Ligia. Humo de Hogueras. 103), lo que expresaba la “peligrosidad” de estos políticos locales fugitivos. El plan insurreccional lo........
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