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El espejismo de la rebelión trujillana del Miche (1884)/ Por Oswaldo Manrique

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17.02.2025

Eran los tiempos en los que, lo que decía el Pdte. Guzmán Blanco, era santa palabra y amén. En una casa del páramo de Los Pozos, en La Puerta, se nota preocupación en la familia.

Designado como Presidente del Gran Estado Los Andes el general liberal guzmancista, Rosendo Medina, muchas familias campesinas, entre ellas, varias del Resguardo Indígena y del Páramo de La Puerta, quienes se dedicaban junto con la agricultura cañamelar, a sacar miche sanjonero artesanal en sus casas de habitación, en zanjones y quebradas o en inhóspitas, frías y lúgubres cuevas, se trasnochaban pendientes de sus “cachicamos” (alambiques) y dar proporcionalidad a la panela con la esencia de anís o de hinojo; los hacendados por su parte, en su complejo destilero al lado del trapiche, con sus peones, producían en mayor proporción rones, aguardientes, anisados, y otras bebidas alcohólicas derivadas de la caña de azúcar, lo que les generaba buenos recursos, domésticos para aquellos, pingües para éstos, su comercialización solo era pechada tibiamente por las Municipalidades, una actividad comercial casi libre.

El “Amauta” peruano, uno de los grandes pensadores latinoamericanos sobre la causa indigenista, precisó que al quedar una mano de obra forzosamente disponible, los gamonales dieron rienda a fomentar varios vicios; sobre este particular escribió: “…el alcoholismo de la raza indígena, muy exagerados por sus comentadores, no son otra cosa que consecuencias, resultados de la opresión blanca. El gamonalismo fomenta y explota estos vicios que bajo cierto aspecto se alimentan de impulsos de la lucha contra el dolor particularmente vivo y operante en un pueblo subyugado. El indio en la antigüedad no bebió nunca sino “chicha”, bebida fermentada de maíz, mientras que desde que el blanco implantó en el continente el cultivo de la caña, bebe alcohol. La producción de alcohol de caña es uno de los mas “saneados” y seguros negocios del latifundismo…” (Mariátegui, 68). Fue éste, uno de los negocios más prósperos y seguros de la burguesía terrateniente; el otro, fue el del chimó, puesto que los aborígenes solo consumían chicha de maíz fermentado en sus fiestas y celebraciones, no conocían hasta la llegada de la invasores europeos, el miche ni el ron ni otra bebida espirituosa; y mascaban hojas de tabaco medicinal, ambos contra el dolor, que son prueba de un pueblo sometido y maltratado.

Creado el Gran Estado los Andes, por la Constitución Federal liberal, presidido por........

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