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Crónica de difuntos: violencia política y pillaje en La Puerta, 1887 / Por Oswaldo Manrique

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10.02.2025

Allí roznó, al principio, el escándalo de unos pocos y su gritería, subían por la Calle Real, desde las mecedoras de piedra del Padre Rosario, en La Hoyada. Luego, el ambiente fue cambiando, al escucharse el repiqueteo de las bestias en galopa desenlazada sobre la fría tierra, cuando de repente, se escucharon unos balazos, que trocaron vidas, junto al desgarrador grito:

Fue el enfrentamiento, de unos montoneros liberales, contra otros mestizos, chontales y macheteros seguidores del “León de la Cordillera”, venerado general Juan Bautista Araujo.

Alguno ha escrito, que, de pléyades de difuntos, está hecha la historia. Suena cruel y parece cierto. Se puede pensar que estoy tocando aquí las tumbas de los “Ponchos” y de los “Lagartijas”, olvidados por la historiografía moderna, aquella que insiste en que la historia de La Puerta comienza en 1900; a pesar de eso, se debe reconocer también, aquellas almas godas que se atrevieron a reclamar derechos y justicia, y se enfrentaron a los gobernantes liberales, para frenar su plan de la muerte.

En la vieja Casa Municipal de La Puerta, van llegando más detenidos. Corría el año 1887, de mucha agitación política; se sentía la caliente tensión entre los “lagartijas” gobernantes y los “ponchos” opositores, por el triunfo reciente en las elecciones de abril, y asume el poder el Dr. José Emigdio González, ex conservador y ahora gobernante liberal, arbitrario y sectario. A los días, se alebrestaron más las pasiones y la sed de venganza política, al ser convocadas a unas segundas elecciones, para el mes de agosto. En el recibimiento que se le hizo al Dr. Pedro Arnal, Presidente del Gran Estado Los Andes, en tierra Trujillana, , el Presidente de la República, Guzmán Blanco, envió al general Aristiguieta, como Delegado “apaga fuego”, quien fue recibido por los colaboradores “Ponchos” araujeros (La Riva, 107), y estos, se apoderaron de la situación.

Durante el periodo guzmancista, de inclinación liberal, consideraban a los indígenas como ciudadanos, con iguales derechos a los no indígenas; sin embargo, su forma de vida y organización social comunitaria en posesiones que comprendían una legua a los cuatro vientos, eran motivos para que fueran agredidos y acosados por los hacendados y gamonales de los pueblos vecinos, que los despojarían de sus tierras y de su existencia. Aparte de estas arremetidas contra la comunidad Bomboy, para este tiempo le fueron ocupando tierras. Siendo lo más cercano a Timotes, sede de los poderes del Gran Estado Los Andes, y no estando La Puerta bajo el control absoluto de los Araujo, los liberales lo asumieron como parte de su espacio político, de violencia, despojo y de correrías militares.

Los liberales se fueron acercando al lugar de los acontecimientos. El “Maese” Felipe, liberal de naturaleza y convicción, apoyaba al Jefe Civil, en su plan de reivindicar a los liberales de tantas décadas de........

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