La calefacción de distrito en León: la desinformación vence al sentido común
Creado: 04.08.2025 | 03:30
Actualizado: 04.08.2025 | 03:30
León tiene sobre la mesa una oportunidad histórica para modernizar su energía, reducir la contaminación y abaratar las facturas de sus vecinos. Una oportunidad que la mayoría de las ciudades europeas han tenido que financiar con sus propios recursos y que a nosotros se nos ofrece con financiación externa. Sin embargo, esta ocasión única está siendo empañada por un nivel de desinformación que apela al miedo en lugar de al sentido común. Como leonés que ha seguido de cerca este debate, no puedo sino lamentar cómo la ausencia de una campaña informativa rigurosa ha permitido que el vacío lo llenen los rumores, los miedos infundados y quienes aprovechan la incertidumbre para sembrar confusión. Es comprensible que los vecinos se preocupen por la contaminación, el tráfico o los costes: todos queremos lo mejor para nuestros barrios. Pero estas preocupaciones legítimas están siendo alimentadas por información errónea, y es así como una planta de biomasa se convierte mágicamente en una «incineradora», cómo un sistema que reduce el tráfico pesado se percibe como generador de más camiones, y cómo una tecnología que disminuye drásticamente las emisiones se presenta como contaminante.
Empecemos por llamar a las cosas por su nombre. No estamos hablando de una incineradora, término que se ha repetido hasta la saciedad para generar rechazo. Una incineradora quema residuos urbanos mezclados, una mezcolanza de plásticos, papel, restos orgánicos y materiales diversos que genera emisiones complejas y potencialmente tóxicas. Una planta de biomasa, como la proyectada para León, utiliza exclusivamente materiales naturales: madera, residuos agrícolas y forestales de nuestra propia región. Para que se entienda mejor: confundir esta planta de biomasa con una incineradora es como confundir una chimenea que quema leña de podas de nuestros propios montes con un vertedero de basura ardiendo sin control. El propósito y las consecuencias son radicalmente distintos. Los datos sobre emisiones son contundentes y provienen de fuentes contrastadas. Un estudio paneuropeo de referencia documenta reducciones de hasta el 86% en las emisiones de CO2 cuando se comparan estos sistemas con la calefacción........
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