Durante la infancia, las cuevas eran espacios misteriosos que la imaginación se encargaba de iluminar para descubrirnos a piratas, dragones, fugitivos, tesoros... Lugares abiertos a la aventura y la fantasía que en la génesis del ser humano fueron refugio y hogar; como ahora, decenas de miles de años después. Para que luego digan que la Historia no se repite... En fin, que las cuevas se han convertido, al menos en Ibiza, en un desesperado reducto para quien no tiene un techo bajo el que guarecerse del frío y de la lluvia y de los ojos de sus semejantes para llevar lo que la sociedad del bienestar tiene a bien denominar una........

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