El reverso de la filosofía
No se puede tergiversar a la filosofía y tomarla como un asunto serio. A veces, pensamos que ella es una actividad austera de reflexión y discusión, de cátedra y alumnado, de revistas y premios académicos. Pero atribuirle únicamente estas características es incurrir en un error. Para aquellos que creen que la filosofía es trabajo bibliotecario y empecinamiento intelectual, recuerden cómo nace ella.
Surge, nos dicen algunos manuales, con el filósofo Tales de Mileto, con su nueva visión del universo, señaladamente, con una visión ya no mítica de este. Puede ser cierto. Pero ahora volteemos la página: Tales, un día, caminando y contemplando las bóvedas de los cielos, resbaló y cayó en un pozo. Su criada, que lo acompañaba, se burló de él, refiriendo que el sabio, por estar preocupado en los misterios de arriba, ni siquiera se daba cuenta de lo que tenía frente a los pies. Enseñanza exquisita, advertencia inmortal de esta perspicaz sierva anónima, como para que se entienda qué es qué: en el buen sentido, la filosofía es una broma, un intermedio........
© Diario de Chimbote
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