Ansiosos y desalitados
Aveces, nos sentimos como ovejas sin pastor, ansiosos y desalitados, como decía un querido amigo palmero. Estamos en una sociedad ansiosa. La paciencia casi es un don divino, el objetivo inalcanzable. No tenemos paciencia para nada. Ni siquiera para dejar reposar el potaje. Si vivimos en una casa, queremos vivir en otra; si somos morenos, queremos ser rubios y con los ojos azules. Es tal la ansiedad que padecemos que ya no podemos esperar cuatro años a que llegue el próximo mundial de fútbol y por eso........
© Diario de Avisos
