Un hombre que grita
En Santa Cruz hay un hombre que grita. Hace tiempo. Es un vagabundo o homeless, que suena más cool. Antes llevaba melena y barba desaliñadas. Ahora no. Alguien le arregló y luce atractivo. Todas las personas tienen su encanto si la vida sonríe. Si pinta bastos el garbo se afea. Pena de ojos tristes, ojeras profundas, comisuras cansadas y pantalón sucio.
En Santa Cruz hay un hombre que grita. A veces de día, casi siempre de noche. El bicho raro grita solo. Nadie le acompaña, nadie le jalea. Tampoco necesita a nadie. Sus gritos no lapidan, no son contra nadie. No es como la gente normal que vocifera en el campo de fútbol e insulta a Vinicius. No es un exaltado que se acalora por cuestiones políticas y divide el Mundo. Permanece al margen de la infecta polarización que contamina la convivencia con etiquetas. Temerarios cantos libertarios bajo la luz del Sol o la........
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