Alguno con buena memoria recordará la bronca que se montó durante la primera década de este siglo (y ha seguido coleando hasta hace dos días) entre defensores de los trasvases y los que se decantaban por las desaladoras. La ministra del ramo de aquella época, Cristina Narbona, recibió palos hasta en el DNI por su defensa de la que la mayoría de los técnicos decían que eran la única solución para la sequía: desaladoras a mansalva. Y es que el problema de la sequía es muy antiguo. Recuerden los más viejos la expresión que tanto utilizaba Franco, “la pertinaz sequía”. También........

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