De traca
Independientemente del endiablado desenlace final, la verdad es que la jornada del pleno de investidura de Salvador Illa nos sumió en una especie de agujero negro en el que la normalidad política estuvo más cerca de la ficción que de la realidad. Es muy difícil entender ese visto y no visto del ex president de la Generalitat Carles Puigdemont y en una estrategia centrada en su propio narcisismo, en una enloquecida mescolanza de megalomanía, resentimiento y provocación.
Nos lo podemos imaginar, en remota conspiración con su guardia pretoriana de Junts per Catalunya, ya que no seremos president, amarguemos la fiesta a los felones, entiéndase el candidato españolazo Salvador Illa y Esquerra Republicana como traidores, botiflers, vendidos al enemigo. ¿El golpe? Ante todo, la aparición previa al pleno de Carles Puigdemont........
© Deia
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