Houston, tenemos un problema
Hay un consenso científico general (exceptuando a los negacionistas, y liderado por algunos políticos) de que la actividad humana industrial es la causante del calentamiento global y, en última instancia, ha contribuido en gran parte al cambio climático con sus emisiones de CO₂ y gas metano, al parecer por la pedorrea vacuna. Los informes de los paneles de expertos de las diferentes organizaciones que tratan de paliar la situación así lo atestiguan, aunque también se reconoce que hay ciertos ciclos climáticos naturales que están siendo acelerados por la actividad humana.
Las negociaciones para la reducción del CO₂ y para no superar el aumento de la temperatura media global -limitada a menos de 2 °C respecto a los niveles preindustriales, y con el esfuerzo adicional de mantenerla en 1,5 °C- han sido y son complejas. Los acuerdos fueron firmados en París en 2015. Ahora estamos en el año 2025 y ya hemos alcanzado los 1,3 °C. Difícil lo tenemos, en el contexto actual, para alcanzar dichas metas.
Los países que han contaminado y contaminan más no quieren pagar la factura de aquellos que sufren más las consecuencias del calentamiento global. Por otra parte, los países menos industrializados reclaman su derecho a continuar usando energías fósiles para su desarrollo, en general más económicas que las energías renovables o la nuclear.
Con la llegada al poder, en muchos países, de líderes políticos escépticos que no creen en la causa humana del calentamiento global, las negociaciones y los acuerdos para afrontar este gran problema de la humanidad serán cada vez más difíciles de alcanzar. Es el tsunami que nos ha llegado desde el otro lado del Atlántico. Y en esas estamos.
Por otra parte, la sociedad y el modelo económico consumista que hemos........
© Deia (Tribuna Abierta)
