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Cuando un héroe anónimo muere

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15.11.2025

Suele ocurrir que ciertos héroes anónimos fallecen, y el hecho no es recogido por medios de prensa. Hasta en su muerte mantienen ese anonimato, ese bajo perfil como se dice para aquellas actitudes y acciones, que por su naturaleza, deben mantenerse bajo el manto de la prudencia y la discreción.

También se puede aplicar otra lógica, si se quiere más apegada a la justicia que todo héroe merece, que se conozca su trayectoria para el que quiera enterarse.

Con más razón si estamos hablando de uno de los tantos patriotas que participaron en el arranque de la Revolución cubana, cuando el concepto de épica adquirió una nueva dimensión, inabarcable.

Si, Arnaldo Armando Campos Ginestá es el héroe anónimo del que se habla acá, acaba de fallecer, el 11 de noviembre del 2025, a la edad de 86 años.

Campos, a secas, como le decían sus compañeros de labor de la última institución donde laboró, es de los fundadores de la Revolución cubana, de los que participaron en la guerrilla urbana y en la de la Sierra Maestra.

Tempranamente, apenas creado la célula del 26 de julio por Frank País, Campos se incorporó a dicha estructura, participando en diversas acciones de propaganda revolucionaria, y enfrentamiento, siempre en condiciones desiguales, a los esbirros de la Tiranía, que campeaban por su respeto, a punta de revolver y torturas en su natal Santiago de Cuba.

Eventualmente quemado, como se le decía a quien no podía permanecer en la ciudad, cuando se han agotado los mecanismos o medidas del más estricto clandestinaje, la dirección del Movimiento 26/7 decidió enviarlo al III Frente Oriental, bajo las ordenes de quien sería durante varias décadas su jefe, el legendario comandante Barba Roja, Manuel Piñeiro Lozada.

El primero de enero triunfa la........

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