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OPINIÓN: Elier desde su, nuestra Ínsula

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27.02.2025

Palabras de presentación del libro Desde mi Ínsula, de Elier Ramírez Cañedo.

Mantener las pesadas puertas de la Academia abiertas al bullicio de la calle, conectar los anaqueles, las mullidas sillas, los salones, al latido sanguíneo de la época, es una vieja aspiración de la Humanidad y una exigencia de la Revolución. Pero no es Elier Ramírez Cañedo un académico de oficio. Tiene los méritos, los estudios y la obra suficiente —datos que no es menester enumerar aquí—, pese a su edad, para tal condición. Elier es, desde sus años de estudiante universitario, un riguroso combatiente del pensamiento. En el gabinete busca respuestas que sirvan para pelear y abrir caminos. Sentadas las bases científicas de su percepción, monta guardia en su trinchera de ideas, alerta ante los ataques enemigos, burdos o sutiles. Esas escaramuzas defensivas adquieren una inusitada importancia para entender la exacta dimensión de su aporte académico.

Este libro, inusual en su bibliografía, similar a otros de diversos contenidos que han aparecido en los últimos años, no es un hijo menor; muestra sus obsesiones de investigador y su elección de vida, es una útil selección de textos breves, agrupados en cinco secciones: Historia, Relaciones Estados Unidos-Cuba, Polémicas (donde se reasumen los dos universos anteriores, pero en franca carga al machete), Entrevistas (útil para “entrever”, como diría Retamar, preocupaciones y motivaciones), y Cuba hoy. Podría decir que todos los textos conducen y preparan la sección final. Cuba ayer, Cuba hoy, podría titularse el libro.

Dos grandes temas se transversalizan: el primero es el estudio y la crítica de la corriente autonomista o “tercera vía” decimonónica —ni independentista, ni integrista, tomadas esas opciones como los supuestos “extremos” de la época— que le permiten entrar en un debate de plena actualidad política. El interés que suscita esa corriente en la batalla ideológica actual es comprensible. Elier la asume con la mesura y el rigor de un cientista social, y la convicción de que el historiador es un constructor de futuro. Como dice en una de las entrevistas que el libro recoge:

“Me gusta (…) la definición de Marc Bloch sobre la historia como “la ciencia de los hombres en el tiempo”, y ese tiempo puede llegar a incluir el mes pasado, el día de ayer, y hasta el minuto transcurrido en que........

© Cubasí