De los odiadores: Más trumpista que Trump
No es un título original, aunque quizás esté tan bajo -porque a la altura no es- de Marco Rubio, con quien discutió la candidatura republicana a Donald Trump en el 2016.
No es difícil entender que se trata de Ron DeSantis, el actual gobernador de Florida, quien antes del cruel desaguisado que creó y logró hacer aprobar hace unas horas (lo califican de triunfo político), ya había demostrado que es más trumpista que Trump, al posesionarse en la extrema derecha, proponer medidas antiinmigración y negar atención médica y de salud a personas de la comunidad LGBT.
En aquel entonces DeSantis estaba siendo apoyado monetariamente por Elon Musk, quien aún no había subido a la cima de los multimillonarios, por lo que dinero nunca le faltó, algo esencial en ese bodrio de democracia que llaman Estados Unidos para cualquier aspiración electoral, desde la candidatura de edil o concejal, hasta la presidencial, con acompañamiento de agradable físico (no existe la suerte de ser no bonito, como cantaba Pacho Alonso) o carisma con mucha plata, o ambas cualidades.
Mientras su otro socio en el club de los odiadores, el hoy canciller de Trump, se dedica a crear cismas y políticas represivas en Latinoamérica, principalmente contra las rebeldes Cuba y Venezuela, los medios occidentales nada sospechosos de altruistas y sí prooccidentales como Microsoft News, The Associated Press, Infobae y Deutsche Welle, entre otros, conceden que DeSantis se ha convertido en el ser más odiado por los indocumentados en Florida, aunque también por numerosos empresarios que dependen de esa mano de obra.
Comentaristas como Miel Rosas -así se firma- en un medio miamense, dice que Trump, a pesar de su narrativa conflictiva y divisoria, nunca llegó tan lejos durante su administración. Claro que, en cambio, aplicó otras medidas, pero en muchos casos era más impactante su discurso que sus acciones. En el caso de DeSantis, sus........
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