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No es el chasis, sino el alma de la Patria

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22.11.2025

Dos imágenes flotan sobre las otras, sobre tantas válidas para representar lo que pervive sobre la traza amarga de Melissa. Trascienden los momentos congelados, al sintetizar e interconectar dimensiones diversas, capas sobre capas vivenciales, contextuales y simbólicas, de los protagonistas y de los espectadores. Narrativas visuales, empapadas de emociones, como "El Beso de Times Square" de Alfred Eisenstaedt, "La Niña del Napalm" de Nick Ut y el "Retrato de una niña afgana" de Steve McCurry.
O más adentro del archipiélago nuestro, como la de Paula María con su muñeca “Nene”, que hiciera Korda en el Minas de Matahambre de 1959. Y la del niño José Daniel sosteniendo a Martí, que capturó Yander Zamora en Punta Alegre en 2017, durante paso del huracán Irma. Con dos niños sosteniendo, a la altura de sus pechos, lo que para ellos no son simples objetos, sino significativos contenedores, de cosas que sienten vivas, que abrazan y del abandono salvan.
En eso se aparentan con las del santiaguero salvando a su televisor. Una tomada por Yamil Lage para AFP y otra captada por Ramón Espinosa para AP. Protagonizadas por Duany Despaine, más conocido como Minguito, quien vive en San Miguel de la Parada, por la la Refinería de la indómita Santiago. Y con la otra instantánea que inundó el ciberespacio, tomada en la misma zona, de Edilso, otro “nagüe” de verde olivo, salvando a su perro Roky.
Circularon constreñidas en el marco de lo trágico. Sobre las dos surfearon las mismas narrativas del apocalipsis cubano y la desesperanza. Ambiciosos oportunistas que andan a la caza de cualquier desgracia por acá, para acaparar reacciones y posicionarse, salieron a la carga con otras falsas promesas de ayuda y donaciones. Al primero le cambiaron el nombre y el apodo, hasta lo mataron con una fake new de infarto. Se viralizaron, con lecturas variopintas. Unas más empáticas, otras más oportunistas. Hubo burla, compasión, y catarsis... Trajinadas por odiadores para engordar la diatriba contra el Socialismo cubano y la narrativa de “gobierno fallido”. Compartidas también por quienes abrazaron a Minguito, como el abrazaba a su televisor. La sonrisa del salvador del perro no pasó desapercibida.
“Esta imagen que no para de replicar la gente. Que tanto impacta porque es la encarnación de la resistencia a perder lo que con sacrificio se ha obtenido. Una imagen que me evoca tantas metáforas tristes. Una imagen que ha movilizado a cubanos de afuera y también de adentro. Una imagen dura, dura como estos tiempos”, opinó en su muro de Facebook Lisa Robaina.
“Hay en su gesto una obstinación que duele. Como el amante que no quiere soltar a su amada inerte, él también se aferra a lo que fue suyo, negando la evidencia del desastre. El agua sube, arrastra animales, colchones, retratos… pero él se mantiene firme, como si al sostener aquel televisor rescatara algo más que un objeto: como si sujetara su propia dignidad. Porque en Cuba, donde cada cosa cuesta años de espera y sacrificio, perder un bien material no es solo perder un objeto: es perder un pedazo de vida invertido en sobrevivir. Y sin embargo, en medio del barro y la desolación, todavía hay algo que no se ahoga”, comentó Boris Luis Cabrera.
“Quizás BBC usa esta foto para ridiculizar. Pero no, esta foto denota que ni un huracán, ni una pandemia, ni una banda de enemigos, ni cualquier administración estadounidense será jamás capaz de tumbar al socialismo y a este pueblo”, apunto la amiga española Ana Hurtado.
“Yo sé que es difícil entenderlo. Para aquellos, que ven a Cuba como un país “complejo”, como una cosa rara, como una leyenda amorfa, es difícil aceptar que es posible esto: ver a un hombre sonreír, junto a su perro, en medio del desastre; ver la vida triunfar sobre la lluvia y los vientos, ver la victoria de los que sí supieron creer y luchar por encima de lo que sea y de lo que venga. Míralos. Ellos siempre sonríen. Mi mayor respeto será siempre por esos que siempre sonríen. Porque no hay huracán, ni bloqueo, ni imperio de mierda que pueda con esa sonrisa que tanto han querido mutilarnos. Sonreír no es solo nuestra resistencia, es también nuestra venganza”, publicó El Necio.
Y es que Despaine no iba aferrado de su televisor sino a una férrea voluntad. No abandonarlo fue un impulso y una decisión que........

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