Fastidiar empujando
Cuando todavía no estaba construida la casa que en Sancti Spíritus llaman la de los refranes, ya Tomás Alvarez de los Rios estaba interesado en ellos, sobre todo los usados por los campesinos que visitaba para hacer sus reportajes en el periódico Vanguardia.
Una vez, cuando le pedí que me trasladara desde Guayos hasta Santa Clara un lunes que era el día de ir a pasar la semana en el diario de la entonces provincia de Las Villas, llegué a las 4 de la madrugada a su casa, pero no le avisé de mi presencia.
Al verme cuando abrió la puerta para salir, expresó su preocupación porque al no llamarlo, creyó que no llegaría a tiempo, pero en vez de explicarle que la causa de la exagerada anticipación era por el horario del transporte, le dije: al que madruga, Dios lo ayuda.
Entonces, lentamente respondió: eso mismo dijo el que se encontró temprano cinco pesos, pero… para que pudiera hallar ese dinero, tuvo otro que madrugar más que él, y fue al que se le perdió.
Mientras calentaba el motor del vehículo, estuvimos........
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